De a uno

Muchas veces se ha escuchado, durante el ciclo de Marcelo Bielsa como entrenador de la Selección Argentina, la pregunta sobre la posibilidad de que Batistuta y Crespo jugaran juntos. Sabido es que nunca fue del agrado de Bielsa la inclusión de dos centrodelanteros en un mismo partido. En el año 2000, el Loco brindó la siguiente explicación al repecto.


“Ambos (Batistuta y Crespo) son jugadores muy destacados, desde hace muchos años. Y que por lo menos desde hace cuatro años conviven en la Selección. Sin embargo, no han jugado juntos. No me parece bien decir yo no voy a hacer esto, ni digo que sea posible o imposible. Lo que digo es que habría que articularlo y que para que jueguen juntos habría que renunciar a un wing o al volante creativo, y esa es una idea que no me atrae. Es mi predilección, pero en un entrenador la predilección es significativa. Yo prefiero jugar con un centrodelantero y no sacrificar a un wing. Momentáneamente yo elijo por este estilo, sin creer que es el mejor, pero es el que desde mi punto de vista permite la convivencia de la mayor cantidad de jugadores que para mí tienen que estar en el equipo. Pero sin tiempo para armonizar la convivencia de los dos jugadores con el resto de la estructura, la posibilidad se hace más difícil"

Palabra de hermano

Lo que sigue es un fragmento del libro "Argentina, una luz de almacén", de Rafael Bielsa, el hermano de Marcelo, en donde el autor cuenta un par de anécdotas que lo tienen al Loco como protagonista.


"Es la noche del 28 de diciembre; suena el teléfono y respondo. Miro la hora: las 11 y media. Mi hermano Marcelo me habla desde la ruta.

-¿Te acordás del 31 de mayo del ´98, cuando te dediqué el campeonato de Vélez en “Fútbol de Primera”?- me descerraja a boca de jarro…

Cómo no me voy a acordar…

-Bueno,- continúa, inexorable- Creo que no debí haberlo hecho.

Por una décima de segundo me estremezco. Lo imagino irrumpiendo en “Fútbol de Primera” a paso redoblado, dispuesto a enmendar la injusticia retirándome el homenaje; involuntariamente, aprieto el puño como atrapando un talismán…

-Tengo tres razones -se explica-. La primera es que uno no debería disponer de la totalidad de lo que sólo es parcialmente propio. Aquella noche, campeones habíamos salido todos, los jugadores y yo, de manera tal que al haber estado ausente del programa el plantel completo, yo no debí apropiarme de ninguna manera de lo que no era mío.

- La segunda razón es que si una dedicatoria contiene un sentido eminentemente personal, ya que uno expresa un sentimiento íntimo, de dicho modo debería hacérsela llegar al destinatario, y no por televisión.

- En tercer lugar,- cierra- uno no debe dar al periodismo una herramienta tan poderosa como el conocimiento de la propia emotividad desnuda. Si todos los que acceden a ella le fueran a dar el trato que merece un sentimiento noble, podría ser, pero no hay garantías, no hay garantías.

…La conversación gana caudal… Una parte de mi cabeza repite una maniobra que vi en algún partido de los que jugó la selección nacional, una jugada que sólo puede concebir una mente martirizadamente concienzuda.
Ortega toma la pelota, y el soplo de su irreflexión la conduce entre las piernas de varios rivales, se la pasa al Piojo López que generosamente se estira sobre la otra banda, como hacen los corredores olímpicos que están a punto de cruzar la meta, como hacen los pájaros, y éste la hace llegar a Batistuta, que está en el lugar justo en el momento adecuado, en ese sitio inacabablemente identificado y ocupado durante los fatigosos entrenamientos. Batistuta, con un remate despiadado transforma las largas horas de falta de autoindulgencia, de aplicación y de tenacidad, en gol argentino…

…Recuerdo que le hablé de ese gol a mi hermano Marcelo.

´, me dijo, ´pero en las prácticas Bati no disparaba con violencia, sino que tenía que tocar suave a un costado del arquero, tomándolo a contrapierna. El tanto que te gustó no debió haber sido gol. Te voy a dar tres razones por las que no es justo que la jugada terminara como terminó...´"



Rafael Bielsa, en “Argentina, una luz de almacén”, Editorial Sudamericana.

Y un día, volvió


El lunes pasado, Marcelo Bielsa asumió como entrenador de la Selección de Chile. Desde este espacio, celebramos la vuelta al fútbol de un tipo inteligente, sincero, honesto, respetuoso y trabajador.
Lo siguiente, son algunos de sus principales conceptos vertidos en la conferencia de prensa, de una hora y media de duración, en la que el Loco fue presentado en su cargo.


-"Esa pregunta [si tiene la fórmula para vencer a la Argentina en el debut de las eliminatorias] indica que poseo un recurso oculto que no tengo. Los que compiten son los futbolistas y sus estados anímicos. Trataremos que esos elementos se complementen y podamos vencer a los rivales."


-"Tengo ideas que difícilmente abandono porque me hacen como entrenador. Me siento más cómodo si el equipo que dirijo logra atacar durante más tiempo del que defiende. Cuanto más rápido recuperemos la pelota, más posesión tendremos. Haré los esfuerzos para que esa idea sea bienvenida por los jugadores."


-"El fútbol actual es muy ágil, cambiante, sorpresivo y dinámico. Eso hace que las composiciones iniciales de un equipo se modifiquen infinidad de veces en el partido."

Bienvenida tu vuelta al fútbol, Marcelo. Te estábamos esperando. Mucha suerte.

Fiel a sus principios

La siguiente declaración fue hecha por Marcelo Bielsa en 1998, pero me parece que hoy, a pocas horas del ofrecimiento que le han realizado para dirigir a la Selección de Chile, adquiere un valor especial.

"Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea. No hay que juzgar la idea, sino el sustento. Yo puedo valorar proyectos antagónicos. Lo que nunca se puede hacer es sustituir las convicciones."

Estilo Bielsa

"Conceptualmente, para mí, todos los partidos son iguales: hay que dominar y protagonizar todo lo que se pueda. Cualquier otra cosa no entra dentro de mis concepciones. La única manera que entiendo el fútbol es la de la presión constante, jugar en el campo rival y el dominio de la pelota."